Diálogo con ella, mi madre.
Mamita, aquí está tu hija que a veces siente que la vida pesa y que quiere mandar todo al carajo.
Mamita, tu hija tiene mil preguntas si de verdad valió la pena todo lo que dejó, sé que tú dudaste, sufriste y luchaste.
Morena hermosa, madre mía, a veces quiero estar permanentemente sola, descalza, sin nada que arrastrar y llevar, a veces llora en silencio, sus lágrimas acidas de impotencia.
Mamita, a veces tu hija necesita ir a su ritmo, pero la vida corre, tu hija necesita tirar todo lo que le pesa.
Mamita, a tu hija le vienen los pensamientos y sentimientos que tuvo una madre fuerte, se levanta, sacude, recrea sus pensamientos, vive con esperanza y asume la vida con plenitud y sencillez.
Mamita, aquí está tu hija con sus miedos y reconociendo lo que tiene que dejar ir, necesita sentarse a ver atardeceres, noches con estrellas, respirar, llorar, rediseñarse y seguir caminando y amando.
Mamita amada y recordada, tu hija está triste pero sigue adelante.
Un cariño desde mi corazón enternecido.